A cuento de la siguiente imagen estrambótica y tremendamente divertida que no sé ni cómo encontré aquí en Internet, le pedí a la IA que se inventase una historia basándose en ella. Lo que a continuación comparto es una mezcla de lo escribió y de algunos reajustes y correcciones que he realizado para mejorarla. Sinceramente, me he reído mucho con el resultado. Dice así:
😂😂😂
En un mundo donde los felinos habían alcanzado la autoconciencia y
exigían sus derechos, la abuela Clara, conocida en los bajos fondos como
"La Jinete del Ayer", y su inseparable compañero, eran una leyenda. Su
historia era una alianza que nació de la soledad, y que creció con la
adrenalina de las calles.
Aunque muchos la consideraban una excéntrica, Clara, con sus más de ochenta años y un espíritu valiente e inquebrantable, había sido una hábil mecánica en su juventud. Después de la Guerra del Ayer, cuando el mundo se desequilibró y los gatos empezaron a hablar, ella vio una nueva era, y una oportunidad de que las cosas existieran de un modo diferente.
Por su parte, Fílou, un imponente gato de pelaje tan oscuro como la noche y ojos que brillaban con astucia, era un veterano de las "Guerras del Salmón". Estuvo a punto de perder una oreja en una emboscada llevada a cabo por un comando de perros, y llevaba consigo las cicatrices de mil batallas. Su arma preferida, una modificación especial de un rifle de asalto adaptado a sus patas prensiles, era tan temida como su mirada penetrante.
Por su parte, Fílou, un imponente gato de pelaje tan oscuro como la noche y ojos que brillaban con astucia, era un veterano de las "Guerras del Salmón". Estuvo a punto de perder una oreja en una emboscada llevada a cabo por un comando de perros, y llevaba consigo las cicatrices de mil batallas. Su arma preferida, una modificación especial de un rifle de asalto adaptado a sus patas prensiles, era tan temida como su mirada penetrante.
La moto en la que surcaban las calles, un modelo clásico al que Clara había incorporado un sidecar para su amigo Fílou, era una fortaleza rodante. Juntos, La Jinete del Ayer y el felino no eran matones, sino guardianes. Se decía que protegían a los marginados, a los gatos callejeros y a las ancianas olvidadas por el sistema. Su lema era simple: "Nadie es demasiado viejo ni demasiado pequeño para luchar por lo que es justo".
