Un patín eléctrico. Una chica-mujer sobre él. Noches a toda velocidad
por calles casi desiertas. Una historia: mi historia banal,
tediosa, diferente, inenarrable en algunos momentos.
Cada vez más cerca. Cada vez más lejos de una imagen, de mil
deseos sin sentido ya, de una necesidad enfermiza de gloria y trascendencia, de
mil complejos locos, de un millón de batallas enloquecidas por dentro y en
silencio.
Paz. Más paz. Tristeza momentánea. Alegría. Bienestar.
Neuras. Transigencia con lo hecho. Transigencia por no hacer. ¿Qué hacer? Nadie
lo sabe a ciencia cierta. Vacío. Un vacío que cura y en el que todo se apaga y
se calla. Silencio. Silencio al fin en lo recóndito del paraíso oscuro.
Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, porque,
para empezar, ni siquiera nadie habla de nosotras mientras estamos vivas,
jajajajajaja.
Delirio, deseo y más deseo. Todo se apaga, algunas cosas
perdidas vuelven a encenderse.
Acción. Pereza. Estrépito. Un nuevo silencio balsámico.
Desdicha en tres, dos, uno, cero. Cero hasta el vacío y
vuelta a empezar. Luego el abismo y la gloria en forma de colores. Todo pasa y
se cura y retorna algo más hasta disolverse y desaparecer.
Cambios. Me gustan los cambios. La quietud es la muerte y yo aún estoy viva. ¿Por qué querría tanta estabilidad?
Me gusta dejarme llevar por las palabras, por el sinsentido
del consciente y las posibilidades de lo que no se ve.
Habla, adora, enloquece, coge tu patín y vuela por las
noches aunque te cueste un dolor de cabeza. La cabeza cambia. Tú estás
cambiando. La estabilidad viciada reniega de ello dentro de ti.
Un paso, dos pasos, tres pasos y tú no apareces fuera de mí.
¿Existe un camino? ¿Hay una ruta para encontrarte? ¿Estás más cerca de lo que
esperaba la imaginación? ¿Es un ascensor para el cadalso antes de alcanzar tu
presencia divina?
Es absurdo. Es absurdo me digo. Pero el deseo de ti no
termina de desvanecerse del todo y una idea, la idea de que se están
estableciendo las conexiones que me llevan a ti, aparece de vez en cuando.
Cuando el tiempo pasa, y me encuentro con palabras que he
escrito pensando en ti, me siento boba y tengo ganas de borrarlo todo o
romperlo para que no me ponga en evidencia ni me dé falsas esperanzas.
Es un sueño, sólo un sueño. No hay nadie al otro lado de la
vida esperando ser encontrado, encontrarme, reunirnos, convertirnos en una
presencia doble majestuosa.
D`accord. Las palabras son sólo palabras que no pueden matar
a nadie por sí mismas. Es más fácil que te avergüencen y te hagan sentir
acribillada por la estupidez.
¿Quién dijo miedo? YO. Yo dije miedo perpetuamente como una
consigna, como un mantra, como un infierno insondable un millón de veces en el
pasado. Pronuncié MIEDO en lo profundo. Pronuncié miedo en el rencor, en la
miseria. Pronuncié miedo en el amor. Y a base de tanto pronunciarlo, se
convirtió en una presencia sobreprotectora maligna que me ha jodido la vida y
la salud.
¡¡AALERTAA!! ¡¡AALERTAA!! ¡Estoy en peligrooo! ¿En
peligro DE QUÉ? En realidad no había nada… Encontré monstruos camino a Ítaca
porque mi mente los puso allí. Eran monstruos de gomaespuma, cartón piedra,
vinilo hinchable y humo, sobre todo de humo. Hubieran sido incapaces de hacerme
nada porque hechos con semejantes materiales poco podían hacer, pero yo le hice
más caso a su fachada amenazadora y……………………………………………………………………. Y AQUÍ ESTOY…
MATRIX. MATRIX. TODO HA SIDO MATRIX…, y ni siquiera me han
dado un premio a mejor actriz protagonista. Menuda mierda de historia…
21-8-2019