Éste es un arrebato poético de La Pequeña Salvaje después de haber leído la obra de Federico García Lorca llamada Poeta en Nueva York. Se titula El ángel Federico y dice así:
El ángel Federico tiene alas negras como mi deseo
y guarda en su boca una lengua afilada e infinita.
Si el ángel despliega sus alas
llegará hasta las entrañas de tus células
y descuartizará todo tu ser
hasta convertirte en un renacimiento titánico.
Alas negras, piel vacía y un pálpito incandescente
que te llama hasta en los confines del universo.
Hay un plato vespertino lleno de alimento para guadañas
y una margarita deshojada a la que le han roto las enaguas.
Ahora es el momento de hacer una pregunta: dime, ¿qué va a
ser de ti?
Y una voz rotunda y sigilosa
te avisará de que es el momento de abandonar a los dioses.
Fátimas del sigilo, sombras embalsamadas,
olimpo de los dioses desmesurados y untados en alcohol y
melancolía,
es el tiempo de hablar sin pelos en la lengua.
Barros que no son nada, voces del vacío, chicas desdentadas
como puño sin odio,
seres del pasado que reclaman su presencia finita.
Oíd la voz de los números,
oíd la voz de los niños,
escuchad la voz de los que claman
por un trozo de cielo que se vende o se alquila.
Seres de ultratumba y obeliscos sin corazón,
bramad por vuestra sombra iluminada por peces de brillante
armadura,
porque es el espejo del destino el que purga los tedios y
sinsentidos.
Vamos, guardianes de la galaxia,
unid vuestras manos y contad lo que nuestros oídos no saben.
Ánimo, guardianes del Edén,
aplaudid vuestros pecados
y conoced un nuevo amanecer.
En este final de la batalla,
cada gota colma el sinsentido original de la magia
primigenia.
Tú eres magia. Yo soy Dios,y no conocemos carisma ancestral que pueda apabullarnos.
principios de agosto de 2018