Confieso que en estos días que he estado viendo la película 9 Semanas y Media y vídeos de la época en la que Rourke se encontraba en todo su esplendor, me he quedado totalmente fascinada por él y por esa belleza, dulzura y encanto que transmitía sin proponérselo con toda la naturalidad del mundo.
Creo que es verdaderamente IMPOSIBLE no caer rendida y enamorada tal cual el personaje de Kim Basinger en la famosa película ante semejante hombre; un hombre tan guapo que duele mirarle, porque no hay sentido común que sea capaz de soportar TANTA belleza en la misma persona.
Todo en el Mickey Rourke de aquella época es hermoso: su rostro, su peinado, cómo se mueve, su encanto, su dulzura, el estilo, su manera de hablar... Es como mirar a un ángel y un diablillo a la vez. De verdad que el universo entero debía de estar alineado el día que Mickey Rourke nació. Ni los escultores renacentistas hubieran podido crear una obra más plena y hermosa. Era como si llevase consigo la hermosura de todas las estrellas del firmamento, de todos los horizontes con puestas de sol, de los cuadros más bonitos jamás pintados…, como si se hubiera reunido en la misma persona toda la belleza que ha existido sobre la faz de la Tierra. ES INCREÍBLE observar el aspecto que tenía en esa época. Era TAN PRECIOSO...
Como de costumbre, tal y como le ha sucedido a numerosas celebridades con una gran herida de rechazo en su fuero interno, cuanto más éxito tenía por fuera, peor le iban las cosas por dentro; más se removía lo que en el pasado había sido roto y aún estaba sin arreglar empeorando así la relación consigo mismo y con su entorno hasta terminar solo, en la ruina, con pensamientos suicidas y viviendo en la calle con tres perros; animales a los que Mickey Rourke adora desde siempre.
Cuando profundizas en su historia, el monstruoso y rudo Mickey Rourke de hoy en día, pasa a convertirse en un malogrado tipo que nació, casi murió y tuvo que renacer y pasar por 10 años de terapia psicológica para lograr salir adelante y además conseguir de nuevo un puesto en el mundo del cine. Vista en toda su magnitud, la suya se convierte en una auténtica historia de superación personal. Es verdaderamente conmovedora, y me resulta bastante paradójico el hecho de que yo haya llegado a ella arrastrada por la curiosidad de saber por qué alguien tan atractivo, sensible y talentoso se había convertido en un personaje grotesco y repelente. «¡¿Qué le había pasado?! ¡Con lo guapo que era y lo bien que actuaba!» Pues la vida, el lado oscuro de la vida, eso fue lo que le pasó.