Ámame. Soy profunda.
Quémate en el vacío sin mí.
Conviértete en hielo y vuelve. Piensa que soy una degenerada
si quieres.
No es tu voluntad. No es la mía.
Piensa sólo si a continuación vas a existir un poco menos y
a sentir un poco más.
No estás solo. La soledad es un estado de la mente.
Déjate llevar, sin miedo, sin valores, con cierta sodomía,
sin ninguna vanidad.
No lo pienses. No lo pienso.
Hay algo incandescente en cada mirada que lanzas y se fija
por siempre en mis recuerdos.
Silencio. Ya no hay nada que grite maltratándome dentro de
mí.
Las cosas que creí eran sólo mentiras que la edad y el
conocimiento se están llevando consigo.
-¿Y ahora qué?- podrías preguntarme.
Ahora, por fin, cruzamos el abismo de cartón piedra que
jamás fue un impedimento
pero al que otorgamos demasiada credibilidad.
-Me duele el alma- me decías. -Nos duele la vida- te dije yo.
Hoy ya es mañana. Procura no caer en la melancolía que trae
consigo el paso del tiempo.
Sólo somos dos y un invitado que nadie conoce y al que sólo
tú y yo podemos ver.
Llámale como quieras y disfruta. Disfruta hasta la vista.
~Poética Madrid~