Hoy me he pasado el día pensando en ti, sopesando tu
presencia, barajando posibilidades, recordando las veces que nos hemos cruzado y me
he estrellado contra tu mirada, sintiéndome segura o llamándome boba, sabiendo
que tú no estás pensando en mí porque eres una persona con una gran vida
social.
A veces salgo a la calle intentando verte, otras tratando de evitarlo. No me gusta tener que hacer lo que hago y darte una impresión
equivocada, pero no me queda más remedio… Hay ocasiones en las que me apetece tanto encontrarte, que
te veo por todas partes sin que ninguno de los chicos que veo seas tú.
Hoy me he dicho –No sé si J será el chico de mis sueños pero
se parece mucho a él.
Me imagino en escenas contigo e imagino también qué tal nos
llevaríamos. ¿Nos entenderíamos? ¿Habría una buena comunicación? ¿Nos chispearían
aún más los ojos al mirarnos?
Me da miedo que salgas espantado si te cuento mi vida, si
supieras de mis circunstancias…
Hay días que tienes o te doy demasiada presencia en mi
cabeza. También hay jornadas en las que casi no apareces en absoluto. Forma
parte del equilibrio o del desequilibrio, según se mire.